miércoles, 2 de diciembre de 2009

CUIDATE, QUERETE




No, no y no. Definitivamente no, les pido que no se confundan. Este cartel muy común en la vía pública no quiere decir que la mente es un agujero ni que la opinión está vacía ni que la cabeza tiene una laguna. No.
Deberíamos escuchar por los altavoces del Subte en el “Underground” la frase completa: “Mind the gap between the train and the platform”, o sea “tenga cuidado con el hueco entre el tren y el andén” ¿cómocomocomo? Si, aunque usted no lo crea, en cada estación antes de abrir las puertas le dedican 5 segundos a un espacio de menos de 10 cm a la salida del subte o metro. En principio parece insignificante pero no deja de ser un muy buen ejemplo de ciertos valores en las normas de comportamiento.
Primero y principal, está la cuestión de la prevención, o sea la conciencia de los riesgos que se pueden evitar tranquilamente y la idea de seguridad y tranquilidad entre los transeúntes. Luego, si extendemos esta señalización pública a los comportamientos individuales, encontramos la misma sintonía por la predisposición a la ayuda para tipos como uno, expertos en torpeza por falta de ubicación… pero bueno, digamos que el error constante es como un bautismo para un recién llegado a una nueva y gran ciudad.
Es curioso, hablando de estos ciudadanos flemáticos “expertos en modales” sentí casi la misma cortesía con un flaco punk que me pidió un cigarrillo… luego, mientras me rascaba la cabeza, me preguntaba si hasta Cid Vicious no habrá tenido sangre azul.
“Hay algo que tenés que saber, acá siempre la gente trata de no hacer ninguna ofensa de manera explícita… tratan de no decir nada y ser corteses… o sino te pueden criticar, pero lo hacen de manera muy sutil e irónica”, me decía Paula, una argentina afincada en estas tierras desde hace muchos años.
Por otra parte, la contracara de la misma actitud de respeto y amabilidad es la distancia… es como si el mensaje subliminal fuera “acá nadie se mete con el otro y cada uno puede estar muy bien, en la suya… y punto”. Es decir, se preservan en su intimidad a través del individualismo.
Para eso, inevitablemente, necesitan de normas de convivencia claras y delimitadas. Por eso es que necesitan de un sistema en el que puedan seguir las reglas, para sentirse más seguros, donde se minimicen los daños y las incomodidades entre sí.
Para cerrar este post, los dejo con una imagen tomada a la salida de una estación de trenes, en Paddington. Como pueden ver, al aire libre, hay un espacio delimitado para fumadores. Me resulta gracioso ver esto, y aún así se ven “trasgresores” que se animan a dar unas pitadas fuera del límite…



No sé, tal vez mi reacción sea la de alguien que descree demasiado… alguien que se crió en el escepticismo y la falta de esperanza en que podamos tener más cuidado entre nosotros como comunidad… como dueños y parte del espacio público… estas son sensaciones en un borrador… luego, está en cada uno de nosotros aferrarse a la norma o cuestionarla.
¿Ustedes qué piensan?

3 comentarios:

  1. Por mi experiencia puedo decir que sí es cierto eso de que para los ingleses los buenos modales y el respeto por las reglas son una manera de mostrar consideración por los otros. Ahora, en cuanto a la distancia y al individualismo, no estoy tan segura. Me parece que una vez que estableces un vínculo, puedes contar con ellos (sin tanto blabla y aspavientos, pero sí con mucha seguridad).

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  2. ô...a mi me encanto este artículo en especial, porque si creo que haber vivido lo mismo cuando volvía de España a Francia (mejor: de Madrid a Paris, que las capitales también reflejan algo como capitales). Así me acuerdo que me impresionaba mucho el contraste, entre los madriñelos super re-francos que no entienden de politesse y te dicen lo que piensan/sienten de primera de manera tosca y brusca, cuando en cambio los parisinos necesitan dar mil rodeos para pedir una revista en un quiosco, pongamos por caso, muchos por favor, gracias, etc; pero yo sentía que lo hacían de manera muy instrumental (para obtener lo que necesitaban, no para entablar una conversación). En Ingleterra también sentía ese "Mind the gap", esta distancia (el hecho que te cobren el té antes de tomarlo incluso cuando vas a pedir 4 seguidos y que vuelves día a día y ya te conocen). Quizás sea ciero lo que dice Coti, que por otro lado con el tiempo se abren más, y cuando ya se establece un vínculo, es más fuerte y duradero. En fin...oye bravo por la foto del final, dice mucho sobre la segmentación del espacio "público". Ya a los fumadores nos tratan como leprosos.

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  3. Bueno, mi querida Coti, debo reconocer que mi experiencia en Londres fue más la de un espectador que la de un actor-miembro de la ciudad. Por eso tengo que asumir mi ignorancia en cuanto a las relaciones personales, y admito que lamento no haber tenido esa chance...

    Como decías, Renaud, no me extrañaría que cierto formalismo en el trato impersonal tenga que ver con cierta "funcionalidad", en pos de un resultado, digamos, efectivo... por cierto, no había pensado lo de los fumadores como parias marginados... esta buena la observación. Tal vez dentro de poco empiecen a deportarlos a cigarrolandia.

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