miércoles, 6 de enero de 2010

UN PASEO PARISINO HACIA LA HISTORIA

Sin dudas, podemos decir que una ciudad como Paris es otro de los centros neurálgicos de la historia europea, un epicentro cultural que extendió su influencia desde el continente hasta tierras lejanas. A diferencia de Inglaterra, me animaría a decir que el orgullo del “Ser Francés” no se expresa tanto en demostraciones de poder político o económico. En cambio, hay una valoración de las ideas, del lenguaje, de las formas y de la estética que realmente se destacan.
En todo caso, mejor será emprender un paseo. Ahí vamos:

El “Pantheon”

“AUX GRANDS HOMMES LA PATRIE RECONNAISSANTE”... "A los grandes hombres, la Patria reconocida". Este es el lema en la entrada del Panteón, el imponente edificio-monumento donde yacen inmortalizadas varias personalidades de la cultura francesa. Literatos, filósofos, pintores y demás celebridades de la talla de Voltaire, Jean-Jacques Rousseau, Victor Hugo, Emile Zola, Jean Moulin, Jean Monnet, Marie Curie, Andre Malraux y Alexandre Dumas, entre tantos otros.

Hablábamos de las ideas, de la importancia de los aportes que la cultura francesa se atribuye… y entre ellos podríamos destacar la importancia del país como uno de los bastiones del republicanismo europeo, herencia de revoluciones y de sucesivos despojos de tradiciones monárquicas.


Caminando frente a la facultad de Derecho me topé con el clásico lema embanderado desde la Revolución Francesa, el mismo slogan que fue posteriormente sostenido en defensa de las democracias. ¿Qué nos queda hoy en día de estos valores? Supongo que la idea de libertad puede ser cuestionada cuando faltan los medios económicos para acceder a ella… pero bien diría que sirve como un camino, como una búsqueda, más que como un valor absoluto. La igualdad, si la entendemos como equidad, parece cada día más lejana… y la fraternidad, uff… bueno, parece ser una expresión de deseo que en algunos casos se cumple.

Sigamos caminando. Como les decía, es muy importante la valoración del lenguaje y de las formas. Es así que no es de extrañar el cuidadoso celo hacia la manera de hablar la lengua… y como muchas veces sucede, hay costumbres y valores que se plasman en instituciones… por eso me topé con este edificio, al cruzar el Puente de las Artes, sobre el río Sena.


Estamos hablando de La Academia Francesa, la institución por excelencia “guardiana” de la lengua francesa, antiguamente encargada de consolidar la preservación de un patrimonio cultural común a todos los franco-parlantes.
http://www.academie-francaise.fr
Actualmente, La Academia realiza funciones de mecenazgo, otorga subsidios y becas así como premios literarios. Sus miembros pueden ser escritores, científicos, médicos, etnólogos, políticos, religiosos, incluso militares. Su ingreso suele ser considerado para la opinión pública como una consagración casi suprema. Entre ellos se encuentra un ex presidente, el neogaulista Valéry Giscard d’ Estaing, así como un escritor argentino, cordobés, nacionalizado francés. Me refiero a Hector Bianciotti. http://www.academie-francaise.fr/Immortels/base/academiciens/fiche.asp?param=689


Seguimos andando. Vamos a la Isla de la Cité.



Más allá del Palacio de Justicia, La Santa Capilla y la vieja Prisión, todas ubicadas en la isla, hay un sitio turístico religioso muy muy conocido.
¿Qué podrían estar dibujando estos estudiantes de Bellas Artes?




Algo como esto.





Con ustedes, la Catedral de Notre Dame de Paris.
Acerquémonos un poco.






Sin palabras...


Por último, totalmente por casualidad, caminando por la calle de los Francs Bourgeois me encontré con un edificio que logró desviar mi atención por completo y me atrapó.





Los Archivos Nacionales cuentan con un interesante museo de Historia, lastima la limitación de tiempo por haber caído tarde.




En una breve pasada, apurado por la hora, pude echar un vistazo de la línea de tiempo desplegada en el Museo. Entre tantas imágenes, me guardo una que me llamó la atención, la de Napoleón derrotado.




En fin, este fue un brevísimo paseo, parcial y sesgado, por las imágenes e instituciones que marcaron a fuego la identidad francesa, una identidad histórica que hoy día se amalgama con un presente mucho más heterogéneo… pero eso, eso ya es otro tema, o mejor dicho otro Post.
Continuará.

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